En Bosnia y Herzegovina, el consumo de electricidad durante el período de noviembre de 2023 a octubre de 2024 destaca un considerable uso de combustibles fósiles y un potencial significativo para el incremento de electricidad baja en carbono. Más de la mitad de la electricidad, específicamente el 61.49%, proviene de combustibles fósiles como el carbón. En contraposición, la electricidad baja en carbono constituye el 38.51% del total, donde la energía hidroeléctrica representa casi un 37%, mientras que la energía eólica apenas sobrepasa el 1%. Esta distribución sugiere una dependencia considerable en fuentes de energía que contribuyen a las emisiones de carbono y subraya la necesidad de una transición hacia fuentes más sostenibles y limpias.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bosnia y Herzegovina podría mirar hacia países similares que han tenido éxito en la implementación de estas tecnologías. Países como Eslovaquia y Eslovenia han hecho avances notables utilizando energía nuclear, generando un 60% y 35% de su electricidad respectivamente a partir de esta fuente. Aprovechando estas experiencias, Bosnia y Herzegovina podría considerar invertir en infraestructura nuclear, además de seguir fomentando la energía eólica. A pesar de que actualmente la energía eólica tiene un aporte bastante bajo, el ejemplo de Dinamarca, donde la energía eólica constituye el 59% de la generación eléctrica, demuestra el potencial de esta tecnología cuando se le da una adecuada prioridad y desarrollo.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en Bosnia y Herzegovina ha estado dominada principalmente por la energía hidroeléctrica. A principios de la década de 1990, hubo incrementos significativos en la producción de electricidad hidroeléctrica, como se observa en 1991 con un aumento de 2.1 TWh. Sin embargo, también han existido años con disminuciones notables, como en 2011, cuando hubo una reducción de 3.6 TWh. En los años recientes, la generación hidroeléctrica ha mostrado cierta volatilidad, con fluctuaciones en la producción, como el aumento de 3.1 TWh en 2013 seguido de descensos intermitentes. Este historial resalta la necesidad de diversificar aún más las fuentes de energía baja en carbono, incluyendo la adopción de energía eólica y potencialmente nuclear, para asegurar una provisión eléctrica más estable y sostenible en el futuro.