En Bosnia y Herzegovina en 2024, el consumo de electricidad se caracteriza por una fuerte dependencia de los combustibles fósiles, en especial del carbón, que representa más de la mitad del total de la electricidad del país con un 65%. Sin embargo, el país también ha logrado generar una significativa cantidad de electricidad baja en carbono, alcanzando un 35% del total. De esta generación baja en carbono, la energía hidroeléctrica compone la mayor parte con un 34%, mientras que la energía eólica aporta poco más de un 1%. Esta combinación resalta la falta de diversificación en fuentes de energía baja en carbono, siendo prácticamente inexistente la producción a partir de la energía nuclear o solar.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono en Bosnia y Herzegovina, sería beneficioso aprender de otros países que han implementado con éxito tecnologías limpias. Por ejemplo, la creciente utilización de la energía nuclear en países vecinos como Eslovaquia, que genera un impresionante 60% de su electricidad a partir de esta fuente, o incluso Eslovenia y Hungría, con un 34% cada uno, indica que la implementación de energía nuclear podría aportar significativamente a la reducción de las emisiones de carbono. De manera similar, la experiencia de Lituania e Irlanda, que producen alrededor de un 33% de su electricidad de energía eólica, sugiere que aprovechar los recursos eólicos también podría ser una estrategia efectiva. Además, la capacidad de países como Grecia y Portugal para desarrollar la energía solar pudiera servir de ejemplo para estimular el uso de esta tecnología en Bosnia y Herzegovina.
Históricamente, la producción de electricidad baja en carbono en Bosnia y Herzegovina ha sido impulsada principalmente por la energía hidroeléctrica, aunque con fluctuaciones a lo largo de los años. Durante los años noventa, se experimentaron fluctuaciones significativas, como un aumento de 2,1 TWh en 1991 seguido de una disminución de 1,7 TWh en 1992. En la década de 2000, la producción de energía hidroeléctrica continuó con altibajos, pero mostró incrementos notables, por ejemplo, en 2004 y 2009. Sin embargo, más recientemente, la tendencia indica desafíos significativos, como una caída de 2,6 TWh en 2024. Estos cambios resaltan la necesidad de diversificar las fuentes de energía baja en carbono para estabilizar y asegurar una producción sostenible a largo plazo.