En los últimos doce meses, de agosto de 2023 a julio de 2024, el consumo mundial de electricidad ha estado dominado mayoritariamente por los combustibles fósiles, con más de la mitad del total, exactamente el 59.25%. El carbón y el gas representan las principales fuentes de este grupo, aportando aproximadamente el 34.93% y el 21.83% respectivamente. En contraste, la electricidad baja en carbono, que incluye energía nuclear, hidroeléctrica, eólica, solar y biocombustibles, constituye el 40.75% del consumo mundial. Dentro de esta categoría destacamos la energía hidroeléctrica, con un 14.88%, seguida de la nuclear con un 9.07%, la eólica con un 8.24% y la solar con un 6.27%. Los biocombustibles, aunque presentes, aportan un minoritario 1.78%.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, el mundo puede tomar ejemplo de países que han tenido éxito en implementar estas tecnologías. Francia lidera en energía nuclear, con un impresionante 67% de su electricidad proveniente de fuentes nucleares. De manera similar, países como Dinamarca y Uruguay han logrado generar un 61% y un 36% de su electricidad a partir de la energía eólica, respectivamente. Estos ejemplos muestran que la inversión en tecnología nuclear y eólica es una vía viable y efectiva para incrementar la producción de electricidad limpia y sostenible. Por lo tanto, se recomienda que otros países consideren políticas de inversión en estas tecnologías y aprendan de las mejores prácticas de estos líderes.
En la historia reciente, el crecimiento de la electricidad baja en carbono ha sido significativo, pero también ha tenido sus altibajos. En la década de 1980, la energía nuclear tuvo un aumento considerable en la generación de electricidad, con incrementos de 216 TWh en 1984 y 290.9 TWh en 1985. Sin embargo, en 2011 se registró una notable disminución de 173.6 TWh, lo cual destaca la importancia de mantener una política de soporte constante para la energía nuclear. En la última década, la energía eólica y solar han mostrado un notable crecimiento, con aumentos de 264.9 TWh en energía eólica y 196.7 TWh en energía solar en 2021, y continuando esta tendencia en 2022 y 2023. Estos datos subrayan la importancia y el potencial de las tecnologías eólica y solar, sugiriendo que el futuro de la electricidad baja en carbono radica en una combinación de estas fuentes junto con la energía nuclear.