En Venezuela, actualmente, más de las tres cuartas partes del consumo de electricidad proviene de fuentes de energía bajas en carbono, destacándose principalmente la energía hidroeléctrica que representa prácticamente el total de esa categoría. En contraste, poco más de una quinta parte de la electricidad se genera a partir de combustibles fósiles, dentro de los cuales el gas es el más utilizado con cerca del 15%. Esta fuerte dependencia de la energía hidroeléctrica posiciona a Venezuela como un país que, al menos en el papel, está alineado con la tendencia global hacia el uso de energías más limpias, minimizando el impacto ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al clima mundial.
¿Está creciendo la electricidad en Venezuela?
Sin embargo, el consumo de electricidad per cápita en Venezuela ha experimentado una notable disminución desde 2014, cuando alcanzó su punto máximo. El registro más reciente muestra un consumo de 2931 kWh por persona, lo que supone una baja de casi 1400 kWh por persona en comparación con aquel año. La generación de electricidad baja en carbono también ha sufrido descensos; de 2008 al presente, la generación per cápita a partir de estas fuentes ha disminuido en aproximadamente 800 kWh. Estos datos indican que, aunque la proporción de energía baja en carbono es alta, la cantidad total de electricidad generada y consumida ha ido en declive, lo cual es preocupante para el desarrollo y la calidad de vida.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Venezuela podría considerar diversificar su matriz energética y desarrollar otras fuentes como la nuclear y la solar. Países como Francia y Ucrania han logrado altas proporciones de electricidad de base nuclear, lo que demuestra que ampliar la capacidad nuclear podría ser una vía efectiva para incrementar la generación de energía limpia y estable. Asimismo, la energía solar ha tenido éxito en países como el Líbano y Chile, ofreciendo un modelo viable para Venezuela, dado su clima favorable. Invertir en estas tecnologías no solo fomentaría el crecimiento del suministro eléctrico, sino que también ayudaría a asegurar una transición energética sostenible y resiliente.
Historia
La historia de la electricidad baja en carbono en Venezuela muestra un camino con altibajos, especialmente en el sector hidroeléctrico. Durante las décadas de 1980 y 1990, hubo un crecimiento constante en la capacidad hidroeléctrica del país. No obstante, surgieron retos significativos a partir de 2010, con una serie de descensos en la producción hidroeléctrica observados entre 2010 y 2019. A pesar de estos reveses temporales, el año 2020 marcó un repunte considerable, estabilizándose en los años siguientes. Estos eventos subrayan la necesidad urgente de diversificar y fortalecer la infraestructura energética, aprovechando tanto la energía nuclear como la solar, para garantizar una base más sólida y fiable para el futuro energético de Venezuela.
Electrificación
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