El consumo de electricidad actual en Turkmenistán gira casi en su totalidad alrededor de los combustibles fósiles. Con un 99,96% de energía generada por este tipo de fuentes, es claro que la generación de energía baja en carbono en Turkmenistán es prácticamente inexistente. Por ahora, las fuentes de energía limpia y sostenible no tienen mucho terreno en el espectro de la generación de electricidad en la nación.
Turkmenistán puede aprender mucho de países que han logrado aumentar significativamente su generación de electricidad baja en carbono. Según los datos disponibles, países como Francia y Eslovaquia dependen en gran medida de la energía nuclear, proporcionando el 66% y 61% de su electricidad respectivamente. Otros países, como Dinamarca y Uruguay, han invertido en energía eólica, que ahora genera un 59% y 40% de su electricidad respectivamente. Dada su posición geográfica y el potencial para la energía eólica, Turkmenistán podría considerar la inversión en estas formas de generación de energía baja en carbono. La adopción de la energía nuclear también podría ser una opción viable, dada la capacidad de esta forma de energía para producir grandes cantidades de electricidad de manera continua.
La historia de la electricidad baja en carbono en Turkmenistán no es muy extensa. La nación ha intentado en diversas ocasiones introducir el uso de la energía hidroeléctrica y solar, como indican los datos de 1992 a 2021. Sin embargo, estos esfuerzos no han tenido éxito, ya que la generación de energía a partir de estas fuentes ha permanecido en cero durante este período. En este sentido, el progreso hacia la generación de electricidad baja en carbono ha sido mínimo en Turkmenistán, dejando un gran espacio para el mejoramiento y una transition hacia la energía limpia y sostenible.