Actualmente, el consumo de electricidad en Trinidad y Tobago está dominado prácticamente en su totalidad por combustibles fósiles, ya que casi el 100% de la electricidad proviene de estas fuentes. Esto implica que las emisiones de carbono son extremadamente altas, con consecuencias adversas para el cambio climático y la calidad del aire. A diario, Trinidad y Tobago enfrenta el reto de diversificar su matriz eléctrica hacia fuentes más limpias y sostenibles para reducir su huella de carbono y contribuir a un futuro más ecológico.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Trinidad y Tobago podría beneficiarse al observar modelos exitosos de otros países. Por ejemplo, Francia genera más de la mitad de su electricidad a partir de la energía nuclear, una fuente altamente eficiente y limpia. De manera similar, países como Dinamarca y Uruguay han aprovechado la energía eólica, obteniendo más de un tercio de su electricidad de esta fuente. Trinidad y Tobago, debido a su localización y clima, podría explorar tanto la energía solar como la eólica, como lo ha hecho Uruguay con éxito. Además, la adopción de soluciones nucleares puede proporcionar una base estable y constante de generación de energía limpia.
Históricamente, Trinidad y Tobago no ha mostrado avances significativos en la producción de electricidad baja en carbono. Desde principios de los años 90 hasta el 2023, las contribuciones de biocombustibles, solar y eólica se han mantenido en cero teravatios-hora de generación. Esta falta de progreso resalta la necesidad urgente de políticas que promuevan inversiones en infraestructuras de energías limpias, especialmente en nuclear, solar y eólica, que son pilares fiables en la lucha contra el cambio climático y esenciales para diversificar el suministro eléctrico del país.