Suiza es un líder mundial en el ámbito de la electricidad baja en carbono, ya que se obtiene el 100% de su electricidad de este tipo. Energía nuclear, que es la mayor fuente, genera más de la mitad de su electricidad. Un poco menos de la mitad viene de la energía hidroeléctrica y el resto de la porción se compone de energía solar. Es elogiable que Suiza, además de tener una huella de carbono casi nula en su suministro eléctrico, sea un exportador neto significativo, ayudando a las naciones vecinas a reducir sus propias emisiones. Sin embargo, para avanzar hacia una economía totalmente electrificada y sostenible, Suiza aún tiene desafíos que sortear, particularmente en sectores como el transporte, la calefacción y la industria, que aún requieren mucho más electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Suiza puede considerar la expansión de su ya considerable sector nuclear. El país ha demostrado que es capaz de manejar y generar grandes cantidades de energía de esta manera, y la expansión podría ser una opción viable para incrementar el suministro de electricidad verde necesaria para electrificar otros sectores de la economía. Esto permitiría que Suiza mantenga su compromiso con la generación de energía limpia mientras se enfrenta a las crecientes demandas de electricidad a medida que avanza hacia una economía más verde y resistente al clima.
En las últimas décadas, la generación de electricidad baja en carbono en Suiza ha sido un recorrido con altibajos. A lo largo de los años ochenta y noventa, vimos principalmente descensos y aumentos menores en la generación de energía hidroeléctrica. Los años 2000 marcaron una caída importante en la producción de energía nuclear, pero la situación se revirtió con incrementos notables en los años siguientes. Sin embargo, ha habido algunas disminuciones recientes en la generación de energía nuclear, lo que plantea preocupaciones y requiere una revisión crítica. Tanto la energía nuclear como la hidroeléctrica han desempeñado papeles fundamentales en la transición de Suiza a la electricidad baja en carbono, y ambos seguirán siendo pilares esenciales en su empeño hacia una energía más verde y sostenible.