Georgia ha logrado un impresionante avance en la transición hacia una electricidad baja en carbono, generando más del 80% de su electricidad a partir de fuentes limpias, especialmente a través de la energía hidroeléctrica que representa más del 79% de su producción total de electricidad. Esto significa que Georgia depende casi exclusivamente de la energía hidroeléctrica para su generación eléctrica baja en carbono, mientras que el 19.82% restante de su electricidad proviene de combustibles fósiles, concretamente gas. Este enfoque ha disminuido significativamente las emisiones de carbono del sector eléctrico georgiano. Sin embargo, el próximo desafiante paso consiste en electrificar otros sectores como el del transporte, la calefacción y la industria, lo cual requerirá un aumento considerable en la capacidad de generación eléctrica del país.
Para incrementar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Georgia podría considerar invertir en tecnología nuclear y en la expansión de energías limpias como la eólica y la solar. Estas fuentes no solo diversificarían la matriz energética del país, sino que también proporcionarían una capacidad estable y fiable para satisfacer la creciente demanda de electricidad limpia. La energía nuclear, en particular, puede proveer una fuente constante de electricidad sin depender de las condiciones climáticas, complementando así la producción hidroeléctrica. La implementación de políticas para acelerar la inversión en infraestructura para energía eólica y solar, así como incentivos para atraer capital privado, serían estrategias esenciales para impulsar estas tecnologías.
A lo largo de los años, la capacidad hidroeléctrica de Georgia ha experimentado varios altibajos. En la década de 1990, el país enfrentó importantes disminuciones en su producción, como en 1992 y 1995, donde se observaron reducciones destacables de 0.9 TWh y 1.6 TWh respectivamente. Sin embargo, hacia finales de la década de 2000, comenzaron a verse mejoras significativas, como en 2007 y 2010 con aumentos de 1.5 TWh y 1.9 TWh. Los años recientes han sido marcados por fluctuaciones menores pero constantes, con notables incrementos en 2021 (1.9 TWh) y 2022 (0.6 TWh). La historia reciente refleja tanto los desafíos inherentes a la dependencia de fuentes hidroeléctricas como su potencial en la contribución a un sistema eléctrico sostenible y limpio.