En 2024, el consumo de electricidad en Armenia presenta un panorama donde más de la mitad de la generación proviene de fuentes de energía baja en carbono. En detalle, el 60% de la electricidad es generada a partir de fuentes como la energía nuclear, que contribuye a casi un tercio del total, y la energía hidroeléctrica, que representa poco más de una quinta parte. La energía solar también representa una porción menor pero significativa, cercana al 10%. Sin embargo, es importante notar que cerca del 40% de la electricidad todavía depende de combustibles fósiles, con una notable dependencia del gas. Este mix energético subraya la importancia creciente de las fuentes bajas en carbono para mantener una generación más limpia.
¿Está creciendo la electricidad en Armenia?
A pesar de esta tendencia hacia una electricidad más limpia, hay señales preocupantes en cuanto al crecimiento del consumo de electricidad en Armenia. En 2024, el consumo per cápita fue de 3029 kWh, lo que representa una disminución significativa de 401 kWh en comparación con el récord anterior de 2022. De manera similar, la generación per cápita de electricidad baja en carbono también ha descendido, perdiendo 260 kWh desde el récord previo. Estas reducciones reflejan un estancamiento que podría ralentizar el progreso energético de Armenia si no se aborda con estrategias efectivas para impulsar tanto el consumo como la generación de electricidad baja en carbono.
Sugerencias
Para fortalecer la generación de electricidad baja en carbono, Armenia debe priorizar la expansión de sus capacidades nucleares y solares. Dado que la energía nuclear ya constituye una parte considerable de su mix energético, la ampliación de las plantas nucleares sería un paso lógico, siguiendo el ejemplo de Francia, donde la energía nuclear representa casi el 70% de la generación eléctrica. Además, existen otras regiones que pueden servir como modelos exitosos para la expansión de la energía solar; por ejemplo, Chipre y los Países Bajos, donde la producción solar es significativa. Aprender y adoptar políticas e inversiones similares de estos países podría ayudar a Armenia a incrementar su generación eléctrica baja en carbono.
Historia
Observando el pasado, la historia de la electricidad baja en carbono en Armenia muestra un camino con altibajos, en especial en la generación nuclear. En la década de los 90, la energía hidroeléctrica experimentó algunos años de crecimiento, pero enfrentó una disminución notable a mediados de la década. En 1996, un fuerte impulso en la energía nuclear contribuyó positivamente, aunque los años siguientes trajeron fluctuaciones. La última década muestra un patrón mixto de subidas y caídas en la generación nuclear e hidroeléctrica. Especialmente, en los años recientes hubo cierta recuperación, aunque el declive posterior plantea desafíos que requieren atención e inversión estratégica en fuentes bajas en carbono. La historia destaca la capacidad del país para adaptarse, pero también subraya la necesidad de inversiones sostenibles en tecnologías de energía baja en carbono para el futuro.
Electrificación
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