En 2021, el consumo total de electricidad en Argelia fue impulsado en gran medida por los combustibles fósiles, con 76.63 TWh generados a partir de estas fuentes. Específicamente, el gas fue responsable de casi la totalidad de este total, con 75.3 TWh producidos. Por lo tanto, prácticamente no se generó energía en Argelia a partir de fuentes de baja emisión de carbono. En comparación con el promedio global de 410 vatios por persona, el nivel de generación de electricidad en Argelia es bastante bajo. De hecho, una generación eléctrica baja puede limitar el desarrollo económico, reducir la calidad de vida y restringir los avances en áreas como la digitalización y la electromovilidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Argelia puede buscar inspiración en países como China y los Estados Unidos, que han tenido éxito en este campo. Por ejemplo, China ha generado una deslumbrante cantidad de 964 TWh de electricidad a partir de la energía eólica y 523 TWh a partir de energía solar. Los Estados Unidos, por otro lado, han aprovechado la energía nuclear para producir una significativa cifra de 775 TWh. Como país con una gran disponibilidad de sol y viento, Argelia tiene un gran potencial para replicar el éxito de estas naciones invirtiendo en tecnología solar y eólica. Además, aunque la atomización de la energía nuclear puede ser una opción más a largo plazo, podría ser beneficioso para Argelia investigar las oportunidades en este sector debido a su capacidad para generar grandes cantidades de electricidad baja en carbono.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Argelia ha estado dominada por la energía hidroeléctrica. Desde 1981 hasta principios del siglo XXI, las generaciones de esta fuente mostraron pequeños incrementos y disminuciones, variando generalmente en torno a los 0.2 TWh. A partir de 2017, Argelia comenzó a generar electricidad a partir de fuentes solares, añadiendo otra faceta a su panorama de energía baja en carbono. En 2021, la generación de energía solar en el país aumentó en 0.2 TWh. Aunque estos números son modestos en comparación con el potencial de Argelia, muestran un interés en diversificarse más allá de los combustibles fósiles y abrir el camino a una matriz energética más sostenible.