Las energías renovables, excepto la hidroeléctrica, engloban una amplia variedad de fuentes de energía generadamente naturalmente que no dependen de la hidroeléctrica, tales como la solar, la eólica, la geotérmica y los biocombustibles. Estas fuentes representan una nueva era de electricidad baja en carbono que contrasta fuertemente con los combustibles fósiles que se han usado en gran medida en el pasado. Esta forma de energía tiene un papel crucial en la mitigación del cambio climático y en la reducción de la contaminación del aire.
La generación de electricidad a través de las energías renovables, excepto la hidroeléctrica, involucra el aprovechamiento de los recursos naturales con bajo impacto medioambiental. Por ejemplo, los paneles solares capturan la energía del sol y la convierten en electricidad a través de un proceso llamado fotovoltaica. Por otro lado, las turbinas eólicas convierten la energía del viento en electricidad, mientras que la geotérmica aprovecha el calor de la Tierra. Los biocombustibles, aunque representan una fuente de energía renovable, su participación en la generación de energía eléctrica es muy pequeña comparada con la solar, la eólica y la geotérmica.
Una de las principales ventajas de la energía renovable, excepto la hidroeléctrica, es su baja intensidad de carbono en comparación con los combustibles fósiles. Con la intensidad de carbono en un rango inferior a 230 gCO2eq/kWh para estas fuentes renovables, resulta significativamente menor en comparación con los 820 gCO2eq/kWh del carbón y 490 gCO2eq/kWh del gas. Esto significa que el uso de estas fuentes de energía contribuye en menor medida a la emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, a la mitigación del cambio climático.
Además, las energías renovables, tales como la solar, la eólica y la geotérmica, son inagotables a escala humana, lo que significa que no se agotarán a pesar de su uso continuo. Esto contrasta con los combustibles fósiles que son limitados y cuya extracción y uso resulta en daños ambientales significativos. Por lo tanto, el uso de energías renovables garantiza un suministro constante de electricidad baja en carbono, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Por otro lado, la energía nuclear, aunque no es una energía renovable, también presenta una baja intensidad de carbono de 12 gCO2eq/kWh, lo que la hace ligeramente incluso más baja que la de las energías renovables. La electricidad generada a través de la energía nuclear también es baja en carbono y puede contribuir a la disminución de la dependencia de los combustibles fósiles, siendo una opción viable para las necesidades de energía del mundo, junto con la solar, la eólica y la geotérmica.
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