En 2022, el consumo de electricidad en San Cristóbal y Nieves fue mayoritariamente dependiente de combustibles fósiles, constituyendo más del 95% del total en el suministro de electricidad. Por otro lado, la energía eólica, que representa toda la electricidad baja en carbono en el país, contribuyó con apenas un 4.55% al mix energético. Esto pone de manifiesto una dependencia alarmante de fuentes de energía no sostenibles, que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire, mientras que las opciones energéticas limpias manejan una fracción diminuta del consumo de electricidad.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, San Cristóbal y Nieves puede tomar como ejemplo a Uruguay, que ha logrado que el 36% de su electricidad provenga de la energía eólica. Además, Grecia y Chipre han avanzado considerablemente en la adopción de energía solar, con porcentajes del 22% y 17%, respectivamente. Considerando el potencial natural de San Cristóbal y Nieves gracias a su ubicación geográfica, estos casos de éxito ofrecen valiosas lecciones sobre cómo incorporar más energía eólica y solar. La inversión en infraestructuras adecuadas, políticas favorables y asociaciones estratégicas pueden ser elementos clave para una transición energética más limpia y sostenible.
Desde 2012 hasta 2022, los cambios en la generación de electricidad baja en carbono en San Cristóbal y Nieves han sido, literalmente, inexistentes. Durante esta década, la contribución de la energía eólica se ha mantenido estancada, sin ningún incremento en la generación. Esta ausencia de avance en la adopción de fuentes de energía limpia resalta una necesidad crítica de revisar y fortalecer las políticas energéticas del país. Aumentar la participación de fuentes sostenibles como eólica y solar podría conducir a un consumo de electricidad más ecológico y eficiente en el futuro.