En el último año, de septiembre de 2023 a agosto de 2024, la generación de electricidad en Omán ha dependido exclusivamente de combustibles fósiles, particularmente del gas. Durante estos meses, la electricidad proveniente de fuentes de baja emisión de carbono o limpias ha sido prácticamente inexistente, revelando una dependencia total del gas para satisfacer las necesidades eléctricas del país. Esto resalta la urgencia de diversificar las fuentes de energía eléctrica, no solo para reducir la huella de carbono sino también para garantizar la sostenibilidad energética a largo plazo.
Omán puede aprender de otros países que han logrado una transición significativa hacia fuentes de energía baja en carbono. Por ejemplo, Francia y Ucrania han alcanzado un alto porcentaje de generación eléctrica con energía nuclear, con un 68% y 55% respectivamente, lo que demuestra el potencial de esta fuente para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Países como Dinamarca han aprovechado la energía eólica para generar 59% de su electricidad. Estos ejemplos muestran que con una inversión adecuada y la adopción de políticas favorables, Omán podría desarrollar tanto la energía nuclear como la energía eólica y solar para diversificar su matriz energética y reducir su impacto ambiental.
En lo que respecta a la historia de la electricidad baja en carbono en Omán, los datos muestran que la generación de energía solar experimentó un ligero aumento en 2020, con un incremento de 0.2 TWh, seguido de un aumento de 0.1 TWh en 2021. Sin embargo, no hubo cambios significativos en 2022 y 2023. Durante la última década, la contribución de la energía solar ha sido prácticamente nula, lo cual indica que ha habido falta de inversión y desarrollo en este sector. Es crucial que Omán redoble esfuerzos para estimular el crecimiento de estas tecnologías limpias, permitiendo un suministro de electricidad más limpio y sostenible en el futuro.