A partir de mayo de 2023 hasta abril de 2024, el panorama de la generación de electricidad en Omán se basa exclusivamente en combustibles fósiles, específicamente en gas, que representa el 100% de la producción. Esto significa que no hay presencia de electricidad baja en carbono o de fuentes limpias en su matriz eléctrica. En otras palabras, Omán depende completamente del gas natural para la generación de toda su electricidad, sin incluir alternativas más limpias como la energía solar, eólica o nuclear. Este enfoque exclusivo en combustibles fósiles se traduce en una falta de diversificación y un reto importante en la transición hacia una economía más sostenible que enfrente el cambio climático y reduzca la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Omán podría considerar diversificar sus fuentes de energía al estudiar y aprender de otros países que han logrado integrar exitosamente la energía limpia en su matriz energética. Por ejemplo, Francia y Eslovaquia han implementado la energía nuclear para generar más del 60% y 55% de su electricidad, respectivamente. Países como Dinamarca y Uruguay obtienen más de la mitad de su electricidad de la energía eólica, demostrando que tanto la energía nuclear como la eólica son opciones viables para aumentar la proporción de energía limpia. Dado el clima soleado de Omán, también podría considerar significativamente la energía solar, tomando lecciones de países como Grecia y Chile donde la solar representa alrededor de una quinta parte de la generación eléctrica.
Observando la historia de la electricidad baja en carbono en Omán, se nota una introducción casi nula de solar desde el 2013 hasta el 2019, con solo pequeños incrementos en 2020 y 2021, y luego ningún crecimiento en los años subsecuentes hasta 2023. Esta persistente falta de adopción indica que oportunidades significativas han sido desaprovechadas para diversificar su matriz eléctrica y fomentar el uso de energías limpias. Es esencial que Omán impulse políticas y proyectos que prioricen la integración de opciones sostenibles y bajas en carbono, mirando hacia ejemplos internacionales exitosos para definir su estrategia de energía futura.