En la actualidad, el consumo de electricidad en Montserrat depende completamente de combustibles fósiles, representando el 100% del total de la electricidad generada en 2022. Esto implica una dependencia absoluta del petróleo, el gas y el carbón, lo cual tiene consecuencias no solo ambientales, sino también económicas y de salud pública debido a las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire. La ausencia de energía baja en carbono significa que Montserrat no está aprovechando las oportunidades que ofrecen tecnologías más limpias y sostenibles como la energía eólica, solar o nuclear, que podrían contribuir a diversificar su matriz energética y reducir su huella de carbono.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Montserrat puede aprender de países que han adoptado exitosamente tecnologías limpias. Por ejemplo, países como Dinamarca e Irlanda han logrado generar más de la mitad y un tercio de su electricidad a partir de energía eólica, respectivamente. Del mismo modo, el uso de energía solar es considerable en lugares como Líbano que genera un tercio de su electricidad a partir de esta fuente. Ambos sectores, el eólico y el solar, podrían ser especialmente relevantes para Montserrat considerando su clima ventoso y soleado. Aunque Montserrat no cuenta con plantas nucleares, tomar como ejemplo a países como Francia, donde el 68% de la electricidad proviene de energía nuclear, puede inspirar iniciativas para explorar esta opción en el futuro.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Montserrat, lamentablemente no hay cambios registrados en datos históricos que reflejen un avance hacia fuentes bajas en emisiones como la energía eólica, solar o incluso nuclear. Esto resalta la importancia de tomar medidas hacia la transición energética, iniciando con la inversión en tecnologías limpias y la adaptación de políticas que apoyen la sostenibilidad. En la última década, el estancamiento en la adopción de energías limpias subraya la urgencia de un cambio hacia una matriz eléctrica más diversa y sostenible, lo que no solo mejoraría la sostenibilidad ambiental, sino que también podría aportar a la independencia energética del país.