En el año 2023, el estado del consumo eléctrico en las Maldivas está ampliamente dominado por los combustibles fósiles, que representan más del 90% del suministro total de electricidad. La energía baja en carbono constituida por la energía solar, aporta aproximadamente el 7% del total, dejando en evidencia una dependencia significativa de las fuentes de energía no sostenibles. Este alto porcentaje de combustibles fósiles significa grandes desafíos en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y puede contribuir significativamente al cambio climático y la contaminación del aire, problemas que afectan profundamente a las islas y áreas costeras, como las Maldivas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, las Maldivas pueden aprender de países que han logrado integrar exitosamente fuentes de energía sostenibles en sus matrices eléctricas. Por ejemplo, el Líbano ha logrado generar casi un tercio de su electricidad a partir de la energía solar, lo que demuestra que, incluso en regiones con desafíos similares, es posible incrementar el uso de tecnologías limpias. Además, mirando ejemplos como Dinamarca, que obtiene más de la mitad de su electricidad de la energía eólica, las Maldivas podrían considerar el desarrollo de esta tecnología. Implementar políticas que incentiven la inversión en energías limpias y establecer asociaciones con países que han marcado un avance significativo en estas tecnologías podrían ser pasos clave hacia una transición energética más sostenible.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Maldivas, los últimos años no han mostrado cambios en la generación de energía solar. Desde 2014 hasta 2023, no se han registrado incrementos en la generación de electricidad solar, lo que sugiere que ha habido pocas inversiones o avances en esta área específica durante casi una década. Este estancamiento pone las Maldivas en una posición donde se requiere acción urgente para diversificar y limpiar su matriz energética a través de la adopción de tecnologías bajas en carbono, como la solar y la eólica, para asegurar un suministro energético más limpio y sostenible en el futuro.