En 2022, el consumo de electricidad en Jordania fue predominantemente de combustibles fósiles, representando más de las tres cuartas partes de su generación eléctrica total, siendo el gas casi el único contribuyente dentro de este grupo con un 72%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono totalizó aproximadamente una cuarta parte, donde la energía solar destacó con un 15%, seguida de la energía eólica con un 7%. Este escenario muestra que, aunque Jordania depende en gran medida de los combustibles fósiles, ha logrado avances significativos en la implementación de tecnologías de energía limpia, con la energía solar y eólica como las principales fuentes de esta categoría.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Jordania puede expandir sus capacidades en energías solar y eólica, ya que estas tecnologías están proporcionando ya una porción considerable de electricidad limpia. Jordania puede aprender de países exitosos como Dinamarca, donde la energía eólica representa cerca del 60% de su generación. Además, adoptar estrategias que faciliten la inversión y el desarrollo de proyectos solares a gran escala podría impulsarlo a seguir una trayectoria similar. También se podría considerar aprender de la experiencia de países con contextos similares que están mejorando su infraestructura en energía eólica, como Lituania e Irlanda, donde el viento representa más de un tercio de su generación eléctrica.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Jordania, a principios del siglo XXI, prácticamente no se registraron cambios significativos en la generación de energía hidroeléctrica. Sin embargo, a partir de 2015, se evidenció un cambio positivo con la introducción de la energía solar y eólica. Desde 2015, la energía solar experimentó aumentos consistentes año tras año, alcanzando su mayor incremento en 2021 con un avance de 0,8 TWh. De la misma manera, aunque con un ritmo algo más moderado, la energía eólica también ha contribuido a la creciente producción de electricidad limpia en el país. Esta transformación gradual destaca el compromiso de Jordania con la transición energética hacia fuentes más sostenibles y menos dependientes de combustibles fósiles.