En 2022, el panorama del consumo de electricidad en Jordania mostró una prevalencia de energía de combustibles fósiles, con más de tres cuartas partes de la electricidad proveniente de estas fuentes. El gas, específicamente, representó cerca de tres cuartas partes del consumo total. A pesar de esta dependencia de los combustibles fósiles, la electricidad baja en carbono, que incluye principalmente la energía eólica y solar, constituía un poco más de una quinta parte del suministro eléctrico del país. Dentro de este grupo, la energía solar aportó aproximadamente el 15% de la electricidad, mientras que la energía eólica representó casi el 8%.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Jordania podría considerar la expansión de sus instalaciones solares, ya que estas tecnológias limpias ya contribuyen significativamente a su suministro eléctrico. Aprender de países con experiencias exitosas podría ser clave. Países como Dinamarca e Irlanda han logrado altos niveles de electrificación a través de la energía eólica, alcanzando más del 50% y un tercio, respectivamente. Países vecinos como el Líbano, donde la energía solar representa el 31% del total, también ofrecen modelos de cómo Jordania podría maximizar su potencial de generación solar. Además, explorar el potencial de la energía nuclear podría ser una opción a largo plazo para diversificar aún más su matriz energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Históricamente, la evolución de la electricidad baja en carbono en Jordania ha sido notable a partir de la segunda década del siglo XXI. Entre los años 2015 y 2022, tanto la energía solar como la eólica tuvieron un crecimiento constante, comenzando con pequeños incrementos en 2015. Durante este período, la energía solar experimentó un aumento significativo, especialmente entre 2016 y 2021, cuando se añadieron sucesivamente más de 0.5 TWh anuales. La energía eólica, aunque aumentando a un ritmo más lento, también tuvo un incremento sustancial en la capacidad de generación en estos años. Cabe destacar que la energía hidroeléctrica no tuvo un papel relevante durante este tiempo, ya que no registró cambios significativos en su generación eléctrica. La constante inversión y crecimiento en energías solar y eólica prometen consolidar una transición hacia un suministro más limpio y sostenible.