En 2023, el consumo de electricidad en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos es dominado abrumadoramente por los combustibles fósiles, constituyendo aproximadamente el 97% de la generación eléctrica. La energía solar representa casi el 3% restante, lo que significa que toda la electricidad baja en carbono proviene de fuentes solares. Este panorama refleja una dependencia significativa de fuente de energía con impacto ambiental, relegando las energías limpias a una fracción mínima en la combinación energética del territorio. Un cambio hacia fuentes de energía más limpias, como la energía nuclear, eólica y solar, podría tener efectos positivos en la reducción de las emisiones de carbono y en la mejora de la calidad del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos deberían aprender de países que han tenido éxito en este ámbito. Francia y Eslovaquia, por ejemplo, tienen una significativa parte de su electricidad generada por energía nuclear, alrededor del 68% y 62% respectivamente. Aunque la energía nuclear implica inversiones iniciales considerables, su capacidad para producir electricidad limpia de manera constante y en grandes cantidades es incomparable. Además, el caso de Líbano, que genera el 31% de su electricidad a partir de energía solar, muestra cómo mejorar el rendimiento en solar es alcanzable. Estos ejemplos ofrecen modelos potenciales para una transición exitosa hacia energías bajas en carbono, basándose en la particularidad de cada región o país.
Históricamente, la generación de electricidad derivada de fuentes limpias en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos ha sido relativamente estática, especialmente en lo que respecta a la energía solar. Desde 2014 hasta 2023, no ha habido ningún aumento observable en la producción de electricidad solar, manteniéndose en cero teravatios-hora cada año. Esta falta de crecimiento en la contribución solar sugiere una oportunidad desaprovechada para diversificar la matriz energética de la región y aumentar la sostenibilidad. Avanzar hacia un futuro energético más limpio requerirá compromiso y dedicación para adoptar y expandir el uso de tecnologías de energías limpias, como la solar, eólica y nuclear, garantizando a cada ciudadano un suministro eléctrico más seguro y sostenible.