En las Islas Salomón, para el año 2022, la generación de electricidad es muy baja, con una gran dependencia de combustibles fósiles. Casi toda la electricidad del país, o cerca de la totalidad, proviene de estas fuentes, incluyendo petróleo y gas. Esto representa un problema considerable porque significa que la contribución de energía baja en carbono, como la eólica, solar, o nuclear, es prácticamente inexistente. Comparado con el promedio global de consumo de electricidad por persona, que es de aproximadamente 3606 vatios/persona, el nivel de generación en las Islas Salomón es mínimo. Este bajo nivel de generación puede llevar a dificultades significativas en el desarrollo económico, limitaciones en el acceso básico a servicios eléctricos y una mayor contaminación del aire, afectando la salud pública.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, las Islas Salomón podrían mirar ejemplos de países que han tenido éxito en estas áreas. Un ejemplo notable es la República Popular China, la cual ha logrado avances significativos en la generación de electricidad a través de la energía eólica y solar. Otro país que ha invertido de manera significativa en energía baja en carbono es Brasil, que ha incrementado su generación usando energía eólica. Las Islas Salomón podrían adoptar medidas similares, invirtiendo en tecnología y políticas que favorezcan la expansión de la energía eólica y solar. Con ventajas como el potencial solar debido a su ubicación geográfica, el país podría aumentar considerablemente su capacidad de generación eléctrica sin recurrir a combustibles fósiles.
Históricamente, el desarrollo de la electricidad baja en carbono en las Islas Salomón ha sido limitado. En las últimas décadas, no ha habido grandes cambios en la adopción de energías solares o eólicas, reflejando una falta de iniciativas significativas en este sector. Mientras que otros países han podido integrar estas tecnologías en sus matrices energéticas, las Islas Salomón han mantenido un ritmo relativamente estable y bajo en la adopción de energías limpias. Esta tendencia sugiere la necesidad de un cambio estratégico para habilitar un futuro más sustentable y menos dependiente de combustibles fósiles.