En las Islas Cook, el consumo de electricidad en 2022 se distribuyó equitativamente entre fuentes bajas en carbono y combustibles fósiles. La generación de electricidad baja en carbono proviene exclusivamente de la energía solar, representando la mitad del total de electricidad consumida. Este balance es un gran paso hacia un futuro más limpio y sostenible, ya que reduce el impacto negativo asociado con la quema de combustibles fósiles, que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para mitigar completamente los efectos adversos del uso de combustibles fósiles.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, las Islas Cook podrían expandir su capacidad solar existente, dado que ya representa una gran parte de su generación de electricidad. Mirando las experiencias internacionales, los países que han intensificado el uso de energía eólica podrían servir de ejemplo. Por ejemplo, países como Dinamarca, con casi un 60% de su electricidad proviniendo de la energía eólica, y Uruguay, con cerca del 33%, han demostrado que es posible depender mayormente de fuentes de energía limpia. Además, el uso de tecnologías como la nuclear, aunque no esté presente en las Islas Cook, ha sido eficaz en países como Francia y Eslovaquia, proporcionando más de la mitad de su electricidad de fuentes bajas en carbono.
Históricamente, la adopción de electricidad baja en carbono en las Islas Cook ha contado únicamente con la energía solar, la cual no experimentó cambios en la generación desde 2017 hasta 2022. Este estancamiento en la expansión puede interpretarse como una oportunidad para acelerar la transición hacia un sistema eléctrico más limpio. Al aumentar la inversión y la infraestructura para energía solar y posiblemente considerar la energía eólica, las Islas Cook pueden reducir aún más su dependencia de combustibles fósiles y avanzar hacia un futuro más sostenible.