En 2020, el estado de consumo eléctrico en Bermuda se basó exclusivamente en combustibles fósiles, representando el 100% de la generación de electricidad. Esto implica una dependencia total de fuentes de energía como el petróleo, lo que conlleva impactos negativos significativos en términos de cambio climático y contaminación del aire. La ausencia de electricidad baja en carbono o limpia significa que Bermuda tiene un largo camino por recorrer para mejorar su sostenibilidad energética y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bermuda puede aprender de varios países que han implementado exitosamente fuentes de energía nuclear, eólica y solar. Por ejemplo, Francia y Eslovaquia obtienen más de la mitad de su electricidad de energía nuclear, mostrando la viabilidad y eficiencia de esta fuente. Además, países con características similares a Bermuda, como Malta (17% solar) y Cabo Verde (14% eólica), han comenzado a integrar energía eólica y solar en sus redes eléctricas. Además, Dinamarca y Uruguay han logrado generar más de un tercio de su electricidad de energía eólica, demostrando el potencial significativo de esta tecnología.
La historia de la electricidad baja en carbono en Bermuda ha sido prácticamente inexistente en las últimas décadas. No se reportan cambios significativos ni incrementos en la generación de electricidad de fuentes bajas en carbono. Esto destaca aún más la necesidad urgente de diversificar las fuentes de energía y adoptar soluciones limpias como la energía nuclear, la eólica y la solar para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la sostenibilidad energética de Bermuda.