En 2022, el consumo de electricidad en Bahamas dependía completamente de los combustibles fósiles, específicamente del petróleo. Toda la electricidad generada en el país provino de fuentes fósiles, mostrando una ausencia total de energías limpias o de baja en carbono. Esta completa dependencia de combustibles fósiles no solo contribuye a problemas ambientales como el cambio climático y la contaminación del aire, sino que también significa una mayor vulnerabilidad a los mercados de petróleo volátiles en términos de costes y seguridad en el suministro. La adopción de fuentes de energía limpia es esencial para asegurar un suministro energético sostenible y seguro en el futuro en Bahamas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Bahamas puede observar las estrategias adoptadas por otros países exitosos. Por ejemplo, Uruguay, que tiene una geografía y tamaño similar, genera más de un tercio de su electricidad a través de energía eólica. Dinamarca lidera con casi el 60% de su electricidad proveniente de la energía eólica. Grecia y España también han tenido éxito en la implementación de energía solar, produciendo aproximadamente el 20% de su electricidad a partir del sol. Bahamas podría emular estos ejemplos invirtiendo en infraestructura eólica y solar, dado que posee abundantes recursos solares y potencial eólico que aún no han sido explotados.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Bahamas, no hay registros significativos que indiquen cambios en la generación de electricidad de fuentes limpias en las últimas décadas. Según los datos disponibles, se ha observado una tendencia constante de dependencia de combustibles fósiles. No ha habido ningún aumento notable en la adopción de tecnologías de energía limpia como la solar, eólica o nuclear. El progreso hacia una electricidad baja en carbono parece no haber avanzado, subrayando la urgencia de desarrollar e implementar estrategias que impulsen la transición hacia fuentes más sostenibles y seguras energéticamente.