En 2022, el consumo de electricidad en Arabia Saudita estuvo dominado por combustibles fósiles, representando casi la totalidad de la generación eléctrica, con más del 99%. La mayor parte de esta electricidad provino del gas, que contribuyó con aproximadamente dos tercios del total. En contraste, la contribución de la electricidad baja en carbono fue prácticamente nula, lo que resalta una dependencia significativa de fuentes menos limpias y sostenibles para satisfacer sus necesidades energéticas actuales.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Arabia Saudita puede aprender de países que han tenido éxito en la implementación de tecnologías limpias. Francia, por ejemplo, genera más de la mitad de su electricidad mediante energía nuclear, mostrando que esta tecnología puede ser la columna vertebral de un sistema eléctrico bajo en carbono. De manera similar, Dinamarca ha aprovechado la energía eólica para generar más de la mitad de su electricidad. Estos ejemplos indican que una combinación de inversiones en energía nuclear y eólica podría conducir a una reducción significativa de la dependencia de combustibles fósiles en Arabia Saudita.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Arabia Saudita muestra un avance lento pero creciente en años recientes. Entre 2008 y 2017, la contribución de la energía solar a la electricidad fue nula. No fue hasta 2018 que se registró una producción significativa con 0.1 TWh de energía solar. Para 2021, esta cifra había aumentado a 0.6 TWh, aunque la energía eólica no mostró crecimiento en estos años. En 2022, no hubo cambios en la generación de electricidad eólica. Aunque estos aumentos en la energía solar son pasos en la dirección correcta, Arabia Saudita necesita acelerar su adopción de tecnologías limpias para diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.