En el año 2022, la situación del consumo de electricidad en San Vicente y las Granadinas muestra una dependencia considerable de los combustibles fósiles, cerca de las tres cuartas partes de su producción eléctrica provienen de estas fuentes. Esto contrasta bastante con su utilización de electricidad baja en carbono, que representa poco más de una quinta parte del total y se deriva íntegramente de la energía hidroeléctrica. Esta distribución indica una oportunidad significativa para que el país amplíe su generación de energía limpia, lo cual podría ayudar a reducir los efectos negativos de los combustibles fósiles como el cambio climático y la contaminación del aire.
Para aumentar su generación de electricidad baja en carbono, San Vicente y las Granadinas podría tomar como referencia a otros países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, Uruguay, un país con similitudes geográficas y de tamaño, genera más de un tercio de su electricidad a partir de energía eólica. Otro buen ejemplo es Grecia que obtiene casi una cuarta parte de su electricidad de la energía solar. Invertir en tecnologías de energía solar y eólica podría proporcionar estrategias efectivas y sostenibles para diversificar las fuentes de electricidad baja en carbono del país y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Analizando la historia de la electricidad baja en carbono en San Vicente y las Granadinas desde principios del siglo XXI, se observa una estabilidad constante en la producción de energía hidroeléctrica, sin cambios significativos de generación registrada hasta el año 2020. Esto refleja una falta de diversificación en las fuentes de electricidad baja en carbono a lo largo de dos décadas completas, lo que brinda una oportunidad clara para implementar y experimentar con tecnologías más variadas de energía limpia en el futuro, asegurando así un suministro de electricidad más sostenible y resiliente.