En 2022, el consumo de electricidad en Nauru dependía completamente de los combustibles fósiles, representando el 100% de la generación eléctrica del país. No hay presencia de electricidad baja en carbono, lo que significa que toda la energía utilizada proviene de fuentes como el petróleo, el gas o el carbón. Esta dependencia total de combustibles fósiles es preocupante debido a los impactos ambientales negativos asociados, como el cambio climático y la contaminación del aire.
Para que Nauru pueda aumentar su generación de electricidad baja en carbono, podría asumir enfoques aprendidos de países que han tenido éxito en incorporarlas. Por ejemplo, Uruguay, un país no muy grande y que podría compartir algunos desafíos con Nauru, ha logrado generar 36% de su electricidad a partir del viento. Este tipo de energía podría ser particularmente adecuada para una isla como Nauru, dadas sus condiciones climáticas propicias para la generación eólica. Otra opción viable es la energía solar; ejemplos como Grecia y Australia, que generan alrededor de 20% y 19% respectivamente de su electricidad de esta manera, podrían proporcionar modelos de implementación exitosos.
En cuanto al historial de electricidad baja en carbono en Nauru, la información proporcionada no muestra cambios en la producción de energía baja en carbono, lo cual ilustra una carencia sostenida de inversión en estas tecnologías. Para cambiar este panorama, Nauru necesitará no solo inversión en infraestructura, sino también el desarrollo de políticas que incentiven el uso de tecnologías limpias y sostenibles, priorizando las oportunidades que ofrecen la energía solar y eólica, las cuales son accesibles y probadas en otros países con éxito.