En 2022, el consumo de electricidad en Haití fue extremadamente bajo, siendo menos de 50 watts por persona. La mayor parte de esta electricidad proviene de combustibles fósiles, como el petróleo, que representa casi toda la generación. Las fuentes de electricidad baja en carbono, en particular la energía hidroeléctrica, son muy limitadas y solo representan una pequeña fracción del total. En comparación, el promedio global de consumo de electricidad es de 432 watts por persona, lo que coloca a Haití muy por debajo de la norma. Los bajos niveles de generación eléctrica en Haití tienen serias repercusiones, incluida la limitada disponibilidad de energía para el desarrollo económico, la educación y la atención médica.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Haití podría aprender de países exitosos en la transición energética. Por ejemplo, Brasil ha tenido éxito en la generación de electricidad baja en carbono a partir de la energía eólica y solar, produciendo más de 50 TWh de cada una en 2022. Además, países como India y México también han avanzado significativamente en la adopción de energía solar y eólica. Haiti podría beneficiarse de inversiones y políticas que fomenten estas fuentes, aprovechando su clima favorable para la generación solar y eólica, y reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en Haití ha experimentado fluctuaciones en la energía hidroeléctrica. Desde los años setenta hasta la década de los noventa, hubo incrementos modestos y ocasionales disminuciones, como en 1991 y 1994, donde la generación hidroeléctrica bajó. Posteriormente, desde finales de los años noventa hasta 2018, también se registraron fluctuaciones, incluyendo pequeños aumentos y disminuciones. Sin embargo, estos cambios han sido mínimos, indicando una falta de crecimiento significativo en la capacidad de generación baja en carbono. Para el futuro, es crucial que Haití adopte una estrategia más agresiva y sostenida en la implementación de tecnologías de energía limpia como la solar, eólica y nuclear para asegurar una fuente de energía estable y sostenible.