En Haití, casi toda la electricidad proviene de combustibles fósiles, con un uso modesto de fuentes bajas en carbono, principalmente generación hidroeléctrica. La generación de electricidad total per cápita es de solo unos 35 vatios por persona, lo que es menos del 1% del promedio mundial de 3606 vatios por persona. Esta limitación significa que más de la mitad de la población podría carecer de acceso regular a la electricidad o depende de fuentes menos confiables y más costosas. Las bajas tasas de generación de electricidad dificultan el desarrollo económico y limitan el acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica, afectando el bienestar general y el progreso del país.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Haití podría aprender del éxito en otros países, especialmente aquellos con atributos similares, adoptando la energía nuclear, eólica y solar. Brasil, por ejemplo, genera una cantidad significativa de energía eléctrica a partir de la energía eólica, alcanzando casi 100 TWh. Asimismo, India ha expandido rápidamente sus capacidades solares, generando más de 120 TWh. Haití podría explorar proyectos para establecer infraestructuras tanto eólicas como solares adaptadas a sus condiciones geográficas, y considerar la posibilidad del desarrollo de la energía nuclear como una fuente estable y sostenible. Aprender de estas experiencias exitosas y buscar cooperación internacional podrían ser pasos clave para aumentar la capacidad eléctrica del país de una manera sostenible.
Históricamente, la electricidad baja en carbono en Haití ha estado marcada por pequeñas fluctuaciones en la generación hidroeléctrica. En los años 70 y 80, el crecimiento fue insignificante, con aumentos ocasionales de 0.1 TWh. Durante las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, también se observaron reducciones y aumentos marginales de la capacidad hidroeléctrica, sin establecer una tendencia clara de crecimiento sostenido. A pesar de los desafíos históricos, estas experiencias subrayan la necesidad de diversificar las fuentes limpias de generación eléctrica más allá de la hidroeléctrica, para contribuir de manera efectiva a satisfacer la demanda nacional de energía. Optar por un enfoque más amplio e innovador podría cambiar significativamente el panorama energético de Haití.