En 2022, el consumo de electricidad en Haití es muy bajo. La mayoría de la electricidad generada en el país proviene de combustibles fósiles, mientras que la generación de electricidad baja en carbono es casi inexistente. Comparando esto con el promedio global de 3606 vatios por persona, Haití se encuentra significativamente por debajo de este umbral. Esta insuficiencia en la generación de electricidad afecta directamente la calidad de vida y el desarrollo económico del país. Las bajas tasas de electrificación limitan el acceso a servicios básicos, afectan la educación y la atención médica, e impiden el desarrollo industrial.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Haití puede aprender de otros países que han tenido éxito en esta área. Por ejemplo, China ha hecho grandes avances en la generación de energía eólica y solar, produciendo 950 TWh y 653 TWh, respectivamente. Haití podría considerar invertir en tecnología eólica y solar, lo cual es viable dadas las condiciones climáticas favorables del país para estas tecnologías. Brasil es un ejemplo relevante para Haití, debido a similitudes como el tamaño de su población y recursos eólicos, ya que ha logrado generar 97 TWh de electricidad a partir de energía eólica. En última instancia, Haití debería considerar una combinación de energías limpias, con un fuerte enfoque en la expansión de la energía solar y eólica, siguiendo los pasos de países como Brasil y otros que han demostrado que el aumento en la capacidad de generación eléctrica baja en carbono es posible con la política y las inversiones adecuadas.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Haití se caracteriza principalmente por la energía hidroeléctrica, aunque con cambios mínimos a lo largo de los años. En las décadas funcionales, como los años 70, 80 y 90, la generación hidroeléctrica mostró incrementos moderados y algunas caídas, incluyendo un mínimo descenso de 0.1 TWh en varios años posteriores, como 1991 y 1994. Más recientemente, a finales de la década de 2000 y la de 2010, hubo pequeños ajustes en la generación hidráulica, con incrementos y disminuciones menores, pero esta ha sido un recurso consistentemente inactivo en términos de expansión significativa desde el cambio de milenio. Estos cambios limitados sugieren la necesidad de una estrategia más robusta y diversificada para aumentar la generación de electricidad baja en carbono en el país.