En Túnez, la generación de electricidad en 2023 está dominada por combustibles fósiles, que representan más del 86% del suministro eléctrico total, con el gas siendo el principal contribuyente en esta categoría. Esta dependencia en los combustibles fósiles es preocupante debido a las implicaciones para el medio ambiente, ya que contribuyen significativamente al cambio climático y a la contaminación del aire. Las importaciones netas también juegan un papel importante en el suministro eléctrico, generando casi el 11% de la electricidad del país. La contribución de las fuentes bajas en carbono, como la energia eólica y solar, es apenas cercana al 3%, lo que destaca un gran potencial para un aumento en la generación de electricidad de fuentes más limpias y sostenibles.
Para aumentar su generación de electricidad baja en carbono, Túnez podría aprender de la experiencia de otros países que ya han tenido éxito en esta transición. Grecia, por ejemplo, ha logrado generar el 22% de su electricidad a partir de la energía solar, mientras que Uruguay genera el 36% de su electricidad gracias a la energia eólica. Ambos países muestran el impacto positivo que las políticas de apoyo, la inversión tecnológica y la infraestructura adecuada pueden tener en el crecimiento del sector de la energía limpia. Túnez también podría considerar expandir su capacidad nuclear, siguiendo el ejemplo de países como Francia, donde la energía nuclear representa el 67% de la electricidad generada, o Eslovaquia con un 60%. Estos ejemplos subrayan la importancia de diversificar el mix energético para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
A lo largo del tiempo, Túnez ha visto un modesto crecimiento en su generación de electricidad baja en carbono. En los años 80, el país mostró un pequeño aumento en la producción de energía hidroeléctrica, aunque entre finales de los años anteriores y el comienzo del nuevo siglo los incrementos en esta área fueron esporádicos. Desde 2009, ha habido un lento pero constante incremento en la generación eólica y solar, notablemente con un crecimiento en la capacidad solar en los últimos años, aunque con pequeñas fluctuaciones. Sin embargo, el crecimiento del sector eólico y solar ha sido desigual, con leves caídas en 2015 y 2022. A pesar de estos pequeños desarrollos, queda claro que se necesita un esfuerzo más concentrado y sustentado para expandir significativamente las fuentes de energía baja en carbono en Túnez y así avanzar hacia un futuro más sostenible.