En el año 2023, el consumo de electricidad en Túnez se basa predominantemente en combustibles fósiles, con más del 86% de su electricidad generada a partir de gas. Las importaciones netas constituyen casi el 11% del suministro eléctrico, lo cual indica una dependencia significativa de fuentes de energía externas. La generación de electricidad baja en carbono, que incluye energía eólica y solar, representa solamente alrededor del 3% de la electricidad total del país, siendo prácticamente insignificante en comparación con las otras fuentes. Esta situación resalta un potencial considerable para la expansión de las energías limpias en Túnez, crucial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar sus impactos negativos como el cambio climático y la contaminación del aire.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Túnez podría aprender de varios países exitosos en la adopción de tecnologías limpias. En particular, debería considerar incrementar su capacidad nuclear, tomando ejemplos de países como Francia y Eslovaquia, donde la generación nuclear constituye una parte significativa de su electricidad limpia, con un 67% y un 60%, respectivamente. Además, también podría explorar el potencial de la energía eólica, siguiendo el modelo de Dinamarca y Uruguay, donde esta conforma más de la mitad y un tercio de la generación de su electricidad baja en carbono. La diversificación en energía solar, aprovechando las condiciones climáticas favorables, podría inspirarse en Grecia y Chile, donde la generación solar representa alrededor de una quinta parte del total.
La historia de la electricidad baja en carbono en Túnez muestra un desarrollo algo moderado. Durante los años 80 y 90, la energía hidroeléctrica incrementaba ocasionalmente, aunque con fluctuaciones mínimas de 0.1 TWh. Hasta principios del siglo XXI, la contribución de la energía hidroeléctrica permaneció relativamente constante. No fue hasta 2009 que se observó un impulso en la energía eólica, con pequeños incrementos de 0.1 TWh. Más recientemente, entre 2019 y 2021, hubo una introducción gradual de energía solar, con incrementos igualmente moderados de 0.1 TWh por año, aunque algunos descensos menores se han observado desde entonces. Este moderado crecimiento subraya la necesidad de una estrategia más decidida y enfocada hacia la expansión de la capacidad baja en carbono en Túnez para un futuro energético más limpio y sustentable.