En Polinesia Francesa, el consumo de electricidad en 2022 mostró una dependencia significativa de los combustibles fósiles, que representaron un poco más de las dos terceras partes del consumo total de electricidad, un 66.2% para ser exactos. Este panorama sugiere una dependencia considerable en las fuentes de energía que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y al cambio climático. En contraste, la generación de energía baja en carbono contribuyó con casi una tercera parte, alcanzando un 33.8% del total. De estas fuentes bajas en carbono, la energía hidroeléctrica es la que más contribuye, representando aproximadamente el 27%, mientras que la solar ocupa un modesto pero significativo 7%. La clara diferencia entre estas dos categorías destaca la necesidad urgente de aumentar la proporción de energía limpia para reducir las emisiones y fomentar la sostenibilidad.
¿Está creciendo la electricidad en Polinesia Francesa?
El análisis del crecimiento del consumo de electricidad en Polinesia Francesa revela una tendencia a la baja. En 2022, el consumo total de electricidad alcanzó los 2533 kWh por persona, lo que representa una disminución de casi 400 kWh por persona comparado con el récord anterior de 2920 kWh por persona en 2010. La generación de electricidad baja en carbono también sufrió un descenso; desde su récord en 2010 de 998 kWh por persona, ha caído a 856 kWh por persona. Esta reducción, aunque no drástica, es preocupante, ya que sugiere un estancamiento cuando el mundo avanza cada vez más hacia la electrificación y el uso de energías más limpias.
Sugerencias
Para que Polinesia Francesa incremente su generación de electricidad baja en carbono, es esencial aprender de otras regiones que han tenido éxito en estas áreas. Por ejemplo, países como Francia, Eslovaquia y Carolina del Sur han demostrado un fuerte compromiso con la energía nuclear, generando entre el 53% y el 69% de su electricidad a partir de esta fuente baja en carbono. Además, lugares como Grecia y California han aprovechado la energía solar eficazmente, alcanzando porcentajes del 26% y el 20% respectivamente. Al adoptar estrategias similares para el desarrollo de la energía nuclear y solar, Polinesia Francesa podría tener un impacto significativo en la reducción de emisiones y en la mejora de la sostenibilidad energética.
Historia
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Polinesia Francesa ha estado mayormente estática en las últimas dos décadas, con mínimas variaciones en la producción hidroeléctrica y solar. Desde principios de la década de 2000 hasta 2010, no se observó un aumento significativo en la energía hidroeléctrica, y de hecho, algunas pequeñas disminuciones ocurrieron después de 2011. La energía solar comenzó a aparecer en 2011, pero con aumentos casi nulos desde entonces. Este historial sugiere un avance lento en la adopción de tecnologías de energía limpia, y resalta la necesidad de innovaciones más agresivas para fomentar las energías bajas en carbono.