En 2021, la dependencia energética de Libia estaba fuertemente inclinada hacia los combustibles fósiles y, específicamente, el gas. Más del 95% de su electricidad provenía de los combustibles fósiles, con una proporción del 92,9% atribuible a la generación de energía a gas. Las importaciones netas contabilizan el 4,05% restante, evidenciando una casi nula presencia de fuentes de electricidad baja en carbono en el país.
A pesar de su dependencia actual de los combustibles fósiles, Libia tiene inmenso potencial para diversificar su matriz energética adoptando fuentes de energía más limpias y bajas en carbono. Siguiendo los ejemplos de países exitosos en este ámbito, Libia podría mirar hacia países similares a sí misma. Por ejemplo, países como Francia y Eslovaquia generan más del 60% de su electricidad a través de energía nuclear, una alternativa baja en carbono y altamente eficiente. Adicionalmente, países como Dinamarca y Uruguay han logrado aprovechar sus recursos naturales y generar significativas cifras de energía eólica, aportando con el 59% y 40% de su electricidad, respectivamente. Libia podría seguir estos ejemplos y comenzar a invertir en infraestructura para la generación de energía nuclear y eólica.
Por desgracia, la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Libia es prácticamente inexistente. Desde el año 2004 hasta 2021, nuestro conjunto de datos muestra que no ha habido ningún cambio en la generación de electricidad solar en Libia. Durante estas casi dos décadas, la producción de energía solar ha permanecido en cero, lo que evidencia la falta de iniciativas para desarrollar fuentes de energía más limpias y sostenibles.