En el año 2022, el estado del consumo de electricidad en Libia se basó predominantemente en combustibles fósiles, representando un abrumador 97%. Dentro de esta categoría, el gas fue la fuente principal, aportando el 69% del total de la electricidad generada. Las importaciones netas constituyeron casi el 3% restante. La cantidad de electricidad baja en carbono en la mezcla energética de Libia fue prácticamente nula, lo que significa que la mayoría de la electricidad en el país aún depende de fuentes que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Libia puede aprender de países exitosos en este ámbito. Francia, por ejemplo, genera el 65% de su electricidad a partir de energía nuclear, mientras que Ucrania alcanza un 55% con la misma fuente. Por otro lado, Dinamarca genera un impresionante 53% de su electricidad con energía eólica. Libia comparte similitudes geográficas y climáticas con otros países que han tenido éxito en la implementación de energía solar, como Yemen y Jordania, el primero generando 20% y el segundo 15% de su electricidad a partir de fuentes solares. A partir de estos ejemplos, Libia puede diversificar su matriz energética invirtiendo tanto en energía nuclear como en eólica y solar.
A lo largo de las últimas dos décadas, la historia de la electricidad baja en carbono en Libia ha sido nula. Desde 2004 hasta 2022, la generación de electricidad a partir de la energía solar ha mantenido un crecimiento plano, sin ningún aumento significativo. No se reportan incrementos en megavatios-hora generados anualmente por energía solar, resaltando una clara falta de inversión o desarrollo en esta área. Esta ausencia de progreso en la introducción de energías limpias subraya la necesidad urgente de un cambio de estrategia para incluir fuentes de energía baja en carbono y reducir la dependencia del carbón y el gas.