En 2022, las Islas Feroe dependieron principalmente de los combustibles fósiles para satisfacer sus necesidades eléctricas, con más de la mitad (cerca del 62%) de su generación proveniente de este tipo de energía. Esto significa que la mayor parte de la electricidad se generó mediante fuentes que contribuyen a la contaminación y al cambio climático. No obstante, las Islas Feroe también han aprovechado las fuentes de electricidad baja en carbono, representando casi el 38% de su producción total. Dentro de este grupo, la energía hidroeléctrica proporcionó algo más de una cuarta parte (26%) de la electricidad, mientras que la energía eólica contribuyó con casi el 12%. Esto muestra un comienzo significativo en el impulso hacia la electricidad baja en carbono, aunque queda mucho por hacer para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, las Islas Feroe pueden expandir su capacidad actual de energía eólica. Países como Dinamarca han demostrado que la energía eólica puede cubrir una gran porción de su demanda eléctrica, alcanzando cerca del 60% en 2022. Siguiendo este ejemplo, las Islas Feroe podrían invertir en más parques eólicos aprovechando sus condiciones geográficas favorables para aumentar su cuota de energía limpia. Además, podría ser útil aprender de países con energía nuclear avanzada como Francia y Finlandia. Aunque no se ha implementado en las Islas Feroe hasta ahora, la tecnología nuclear podría complementar significativamente su mix energético, proporcionándoles un suministro consistente de electricidad baja en carbono.
La historia de la electricidad baja en carbono en las Islas Feroe muestra una fase de estabilización durante las décadas pasadas, en la que no se observaron cambios significativos en la producción a partir de fuentes como la hidroeléctrica y la eólica desde principios de los años 2000. A partir de 2002 y en años sucesivos hasta 2017, no hubo cambios en la cantidad de electricidad generada por estas tecnologías. Esto pone de manifiesto la necesidad urgente de revitalizar y expandir las iniciativas adoptadas para aumentar el porcentaje de electricidad baja en carbono, tomando como modelo los esfuerzos de otros países que han avanzado en esta área en las últimas décadas. Con los pasos apropiados, las Islas Feroe pueden crear un futuro más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles.