En 2022, el consumo de electricidad en las Islas Feroe se dividió entre combustibles fósiles y fuentes de electricidad baja en carbono. Un poco más de la mitad de la electricidad, un 54%, provenía de combustibles fósiles, mientras que casi el 46% se generaba a partir de fuentes limpias. Dentro de esta electricidad baja en carbono, la energía hidroeléctrica proporcionó alrededor de un 27%, y la energía eólica contribuyó con casi un 19%. Este equilibrio entre fuentes fósiles y limpias muestra que las Islas Feroe están avanzando hacia un suministro más sostenible, pero todavía hay un margen significativo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar la participación de la electricidad baja en carbono.
Para avanzar hacia un sistema eléctrico más sostenible, las Islas Feroe podrían considerar la expansión de la energía eólica, una tecnología ya establecida en la región. Esta estrategia no solo incrementaría su capacidad de generación baja en carbono, sino que también podría suavizar las fluctuaciones en la generación relativa a las condiciones climáticas. Países como Dinamarca han logrado un éxito notable utilizando la energía eólica, alcanzando un impresionante 52% de su electricidad a partir de esta fuente. Aprender de los ejemplos de otros países pioneros en tecnologías limpias puede proporcionar una hoja de ruta para incrementar la producción baja en carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La historia de la electricidad baja en carbono en las Islas Feroe, según los datos disponibles, muestra que ha habido pocos cambios significativos en la generación a lo largo de los años. Desde principios de la década de 2000, las contribuciones de la energía hidroeléctrica y eólica se han mantenido estables sin incrementos notables en la capacidad de generación hasta 2022. Sin embargo, esta situación también sugiere un potencial para futuras inversiones y desarrollos tecnologías limpias, lo que reforzaría la seguridad energética y contribuiría a un futuro más verde y sostenible en las Islas Feroe. Para lograrlo, sería beneficioso centrarse en la expansión de la electricidad baja en carbono como la energía nuclear, así como la mejora y optimización de la infraestructura existente de energía eólica y otras tecnologías sostenibles.