En 2022, el consumo de electricidad en Irak se caracterizó por una dependencia abrumadora de los combustibles fósiles, representando casi el 95% del total de la electricidad generada. De este porcentaje, el gas constituyó aproximadamente dos tercios. Las importaciones netas de electricidad contribuyeron con cerca del 3% al suministro energético del país, mientras que la electricidad baja en carbono, como la energía hidroeléctrica, apenas alcanzó un poco más del 2%. Esto deja claro que Irak todavía tiene un largo camino por recorrer para diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de las fuentes fósiles, que son conocidas por sus impactos negativos sobre el medio ambiente y el cambio climático.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Irak puede aprender de las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, Francia produce más de dos tercios de su electricidad a partir de la energía nuclear, mientras que Dinamarca genera casi dos tercios de su electricidad a partir de la energía eólica. Además, países como Ucrania y Bulgaria también dependen significativamente de la generación eléctrica a partir de energía nuclear. Irak podría beneficiarse al explorar el potencial de estos tipos de energía, especialmente considerando la similitud en los recursos naturales y las condiciones climáticas que comparte con algunos de estos países.
A lo largo de las últimas décadas, la historia de la electricidad baja en carbono en Irak ha estado marcada principalmente por la fluctuante contribución de la energía hidroeléctrica. En 1987, se registró un aumento significativo, pero desde entonces el avance ha sido inconsistente, con varios años de declive. Especialmente a partir de los años 90 y el nuevo milenio, se observan disminuciones en la producción hidroeléctrica, aunque hay algunos años con incrementos modestos. La falta de un crecimiento sostenido en la energía hidroeléctrica subraya la necesidad urgente de Irak de desarrollar otras fuentes de electricidad baja en carbono, como la eólica y solar, para asegurar un suministro eléctrico más estable y sostenible en el futuro.