En Antigua y Barbuda, el panorama actual de consumo de electricidad está dominado por los combustibles fósiles, que representan más del 94% del total. Por otro lado, el porcentaje de electricidad baja en carbono es bastante bajo, aproximado a un 6%, y es generada por la energía solar. A pesar de que hay un esfuerzo en incorporar energía de baja emisión de carbono, la dependencia de los combustibles fósiles es abrumadoramente alta.
Para Antigua y Barbuda, la generación de electricidad de baja emisión de carbono se puede incrementar implementando medidas renovables exitosas de otros países. Por ejemplo, países como Francia y Eslovaquia han tenido gran éxito con la energía nuclear, generando el 66% y 61% de su electricidad respectivamente. Considerando esto, Antigua y Barbuda podría considerar la expansión de su capacidad nuclear. De manera similar, la energía eólica ha demostrado ser muy eficaz en Dinamarca e Irlanda, donde genera el 59% y 35% de la electricidad respectivamente. Por lo tanto, otra opción sería la inversión en energia eólica. Amén de la energía nuclear y eólica, la adopción de energía solar de países como Grecia, Australia y Chile, podría ser un camino prometedor para Antigua y Barbuda.
La historia de la electricidad de baja emisión de carbono en Antigua y Barbuda no ha mostrado cambios significativos en los últimos años. A partir del año 2015 hasta el 2021, la generación de energía solar se ha mantenido constante en 0. Parece que a pesar de la adopción de energía solar para la generación de electricidad, esta no ha cambiado ni aumentado en los últimos años. Sin duda, existen desafíos en la transición de los combustibles fósiles a la electricidad de baja emisión de carbono. Sin embargo, tomando medidas eficaces y aprendiendo de los éxitos de otros países, Antigua y Barbuda podría mejorar su generación de electricidad de baja emisión de carbono.